Los códigos de barras y RFID

Los codigos de barras y RFID

Hoy vamos a hablar de las dos tecnologías de codificación de datos más populares en el mercado actual, nos estamos refiriendo a los códigos de barras (CB) y la más novedosa RFID. Comentaremos sus principales características, las distintas ventajas que tienen en la industria de la trazabilidad y en definitiva, lo que cada una puede aportar.

Más allá de la trazabilidad

Este tipo de tecnologías sirven para algo más que el seguimiento de la trazabilidad de un producto, de hecho cualquier idea que requiera una identificación de los elementos puede ser mejorada gracias a ella. En este sentido, los productos que se pasan por la caja del supermercado llevan un código de barras, generalmente del tipo EAN13, cuyo objetivo no es logístico sino agilizar la tarea de leerlos. Es decir, el tiempo de respuesta que estos dispositivos nos dan es infinitamente mayor que cualquier gestión manual.

 

Acceso inmediato a la información del producto

Trabajar la trazabilidad de una empresa sin usar códigos de barra ni RFID es posible, sin embargo se pueden tardar días en realizar un informe ya que gran parte de los datos necesarios han de buscarse a mano. Este problema no ocurre si trabajamos con CB simples como el EAN13 y el DUN14, complejos como el EAN128 o bien con sistemas de radiofrecuencia combinados, que almacenan la información rápidamente y normalmente sin errores, lo que nos permite acceder a todos los aspectos de la trazabilidad en cuestión de segundos.

 

Incluye todos los aspectos de la trazabilidad

Sin los procedimientos de lectura adecuados todos estos medios de trazabilidad no sirven para mucho. Se tiende a identificar solo el lote de los productos, los materiales empleados y su fecha de caducidad, sin embargo la información relativa a fechas de recepción, proveedores, maquinaria empleada y operarios que han intervenido en la producción o manipulación se deja fuera. En el caso de mercancías destinadas a la importación o exportación las variables de trazabilidad son aún mayores, incluyendo aduanas, certificados sanitarios, permisos de embarque, etc.

 

El sistema RFID

Todos conocemos el sistema de códigos de barras, sin embargo el RFID (Radio Frequency IDentification) quizás deba ser brevemente explicado para saber exactamente a qué nos estamos refiriendo. Se trata de una tecnología basada en etiquetas o tarjetas (tags) que son capaces de almacenar la información y transmitirla mediante ondas de radio con la ayuda de antenas y lectores.

Esta información se recoge y gestiona a través de un software conocido como Middleware, que es el encargado de integrarla con el resto de datos que conforman el sistema de una empresa. Aunque no nos demos cuenta, desde hace tiempo convivimos con esta tecnología, que se ha vuelto parte de nuestra vida cotidiana.

Por ejemplo, el famoso chip de las mascotas se trata realmente de un tag pasivo que nos permite identificar los datos de su dueño. O las alarmas que se colocan en las prendas de las tiendas de ropa, que no son más que tarjetas que si no se anulan antes de llegar al arco de salida se activan automáticamente. Y por último, el sistema RFID es el que nos permite comprobar en tiempo real dónde está ese paquete que hemos pedido por mensajería, en qué estado del proceso se encuentra y cuánto tiempo tardará.