OUTPUT: Los protocolos de actuación en la trazabilidad

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Si en el transcurrir del día a día de nuestra empresa hemos mantenido un exhaustivo control del INPUT de datos podemos afirmar sin equivocarnos que la trazabilidad de nuestros productos es total, desde el momento en que producimos los materiales o los compramos hasta que llegan a nuestros clientes. Recordemos que estas tareas del INPUT están referidas a aspectos como fabricación, compras, almacén, expediciones o calidad.

En la entrada de hoy vamos a hablar sobre aspectos del OUTPUT, es decir, los protocolos de actuación que se realizan sobre la trazabilidad de nuestro sistema y que si hemos hecho las cosas bien en el INPUT, podremos acceder en el instante que queramos.

¿Qué conseguimos con esto? Pues ahorrar tiempo de respuesta ante cualquier incidente, con todas las ventajas que esto conlleva a la hora de cumplir con los plazos establecidos y ganar la confianza de nuestros clientes.

La trazabilidad del lote

Los aspectos del OUTPUT se refieren a esos elementos de la trazabilidad que están relacionados con el lote, que es un pilar básico de todo este sistema. Llegados a este punto, es necesario recordar que la calidad de esta información va a depender directamente del tiempo que hayamos invertido en trazar estos lotes comprados o producidos. Es decir, que toda la preparación previa va a ser determinante para lograr un seguimiento efectivo de nuestras mercancías en el futuro.

La cadena de suministro

A continuación vamos a ver el esquema básico de trabajo en el que se divide un sistema de trazabilidad, basados en tres procesos de obtención de datos totalmente distintos.

Imaginemos por un momento que nuestra cadena de suministro es una escalera y en la parte más alta está su inicio. En este peldaño superior se encontrarían las compras, en el cuál cualquier empresa también participa. Por ejemplo, aunque seamos fabricantes posiblemente no produzcamos la materia prima y hayamos tenido que adquirirla, así como otras mercaderías a nuestros proveedores habituales.

En la parte media de la escalera tenemos los procesos de transformación y posterior venta, pudiéndose tratar de artículos semielaborados o totalmente finalizados y listos para su distribución. Y por último, en la zona de abajo tenemos el destino final de toda actividad comercial: la entrega al cliente.

La trazabilidad ascendente

Siguiendo con el mismo concepto que hemos usado anteriormente, la trazabilidad ascendente nos permite acceder al punto final de la escalera, que es la entrega del producto o servicio al cliente. Pues bien, a partir de aquí podemos retroceder en la cadena de suministro hasta rastrear el origen de la mercancía y observar con exactitud por los procesos que ha pasado.

La trazabilidad descendente

Por el contrario, la trazabilidad descendente nos ayuda a realizar un seguimiento del lote o producto a partir de su origen, como puede ser la materia prima y a partir de ahí ir avanzando en la cadena de suministro hasta llegar al cliente que recibe la mercancía. De esta manera los procesos se siguen en estricto orden temporal.